Giancarlo
Livraghi.
Periodista, Editor, bibliógrafo y filósofo
Italiano. 1927- 2014
Entre la copiosa literatura
que existe sobre la estupidez, de los cuales conozco unos cuantos, he leído
unos pocos y desconozco cuantos muchísimos más existen, estoy entretenido con El poder de la estupidez de Giancarlo
Livraghi. Periodista y editor italiano, recientemente desaparecido (2014) y que en unas sencillas 276 páginas nos alumbra,
no pocas cualidades, sobre la estupidez humana.
Como muchos de los intelectuales
que han tratado la estupidez como un problema serio de la humanidad, cae en la
cuenta de que, es estúpido definir la estupidez. Se sorprende de que, cómo un problema tan grave se haya
comprendido tan poco.
Uno
de los problemas es que resulta muy difícil definir la estupidez… o la
inteligencia. Sin embargo, aún careciendo de una definición teórica y rigurosa
del concepto, podemos desarrollar algunas ideas útiles sobre la estupidez humana
y sus efectos espantosos.
Ya lo decíamos en el artículo
anterior del 14 de Nov. Hablando de definir la estupidez. No vamos a volver
sobre el tema otra vez, porque entendemos que ha quedado suficientemente claro.
Alguna alusión se hará en otros artículos, pero como mera referencia.
Comenzó Livraghi a publicar
artículos sobre la estupidez allá por 1996
en una web norteamericana, The power of Stupidity, Texto en inglés,
causando gran controversia para, mas tarde, en 2002
publicaría La estupidez del poder. En
italiano y por fín en 2004 publicó bajo el título El poder de la estupidez en el que refleja
los artículos que dio a luz desde 1996 .
La edición que tengo en mis manos es en castellano de 2010 comprada en el
mercado de 2ª mano a un precio módico.
Comienza planteando que la
estupidez es un problema feo. Y critica con elegancia a las personas poderosas
e influyentes que deciden y actúan en temas de gran importancia que conllevan
consecuencias a gran escala y a largo plazo. Mantiene que la única fuente de terribles
errores es la pura y simple estupidez. Algo que aclara con un comentario eficaz
en el adagio de la Navaja de Hanlon. “No atribuyas
nunca a la malicia lo que se puede explicar adecuadamente con la estupidez.”.
Mantiene además que la
estupidez nunca actúa sola, casi siempre va acompañada de otros factores, con
resultados devastadores. Algunas veces pueden resultar divertidos… hasta que
descubrimos que pueden ser trágicos.
Entre las cosas que las
universidades estudian, investigan y experimentan hay teorías científicas muy
serias y otros que no lo son tanto, incluso ideas que causarían sonrojo o risas
entre el vulgo. Sin embargo no existe un planteamiento serio, que diese apoyo a
una ciencia que muy bien pudiera llamarse “Estupidología”
Livraghi hace un comentario
sobre un libro del profesor Walter B Pitkin, profesor que fue de la universidad
de Columbia, titulado “Breve introducción
a la historia de la estupidez humana”. Dice lo siguiente “Antes de leer el libro hay una pregunta
obvia. ¿Por qué denominó – breve introducción- a un libro de trescientas
páginas? Al final se anuncia: < Epílogo: Ahora estamos listos para comenzar
a estudiar la Historia de la estupidez.> Y nada sigue. El profesor Pitkin
era un hombre sabio. Era consciente de que toda la vida no basta para cubrir ni
siquiera un fragmento de un tema tan amplio. De forma que publicó una
introducción y nada más.”
También Pitkin afirmaba la
gran dificultad de estudiar la estupidez al carecer de un elemento fundamental
como es una definición. Cuestión importante es la que resaltan casi todos los
estudiosos sobre el tema, la escasez de estudios serios dedicados a la
estupidez, a la vista del vergonzoso dominio que la necedad tiene sobre
nosotros.
Sigue Livraghi hablando sobre
la estupidología tratando de dar una definición. “La estupidología consiste, en lo esencial, en intentar comprender por
qué las cosas salen mal y como la estupidez humana causa la mayoría de nuestros
problemas. Pero incluso en los casos en los que la necedad no es la causa
original de un contratiempo, las consecuencias de éste empeoran debido a la estupidez
de nuestras reacciones y la torpeza de nuestros intentos de hallar una
solución.
Se
trata de un análisis esencialmente diagnóstico, no terapéutico. En su concepto
más básico nos indica que, si logramos comprender como funciona la estupidez,
tendremos más oportunidades de controlar sus efactos.”
Más claro, agua. No se puede
controlar del todo la estupidez, es algo que forma parte de nuestra condición
como humanos que somos. No obstante si somos capaces de localizar dónde está
agazapada para sorprendernos, amenazando con aparecer de improviso, conseguiremos
que no nos sorprenda y podamos corregir o impedir sus devastadores efectos.
La estupidez no es una
enfermedad en la que no hay patología ni síntomas como tales de una deficiencia
moral, la estupidez, sin embargo, se relaciona con los fallos más peligrosos de
la conducta humana. La mayoría de las teorías en psicología sobre la
inteligencia, pasan por alto el tema de la estupidez, lo cual es grave pues es
la psicología la que mejores herramientas tiene para estudiar a fondo tamaño
problema.
James Welles en un trabajo
publicado en 1986 en el que expuso claramente que la
estupidez es uno de los problemas menos analizados y comprendidos en el estudio
de la cultura humana. Él aventura que cuanto más nos adentramos en el problema
en cuestión, lo hacemos por un territorio sin mapas. Pero la exploración de esas
tierras ignota puede resultar de lo más interesante y, además, cuando empecemos
a comprender cómo funciona la estupidez, contaremos con el alivio de estar
mejor preparados para lidiar con su insidioso poder.
El poder de
la estupidez.
Giancarlo Livraghi. Editorial Critica 2010