sábado, 30 de septiembre de 2017

El principio de Peter




El principio de Peter.(1)

Tratado sobre la incompetencia o por qué las cosas van siempre mal.
El principio de Peter es un estudio científico llevado a cabo por el Dr. Laurence J. Peter (1919-1990) insigne pedagogo de la Universidad de California donde llegó a ser profesor titular del departamento de Pedagogía. Con la colaboración de Raymon Hull, escritor y comentarista de televisión canadiense, publica en 1968 la primera edición del libro “El principio de Peter”, que enseguida se convierte en un éxito.
En el inicio del texto explica los pormenores de la investigación a la que se entrega y por qué. El análisis histórico de hechos que acabaron mal y cuales fueron sus causas, le llevó a exponer que solo la incompetencia era la única causante de dichos desastres. Plantea en su teoría que todos los seres humanos debidamente jerarquizados, ascienden en la pirámide social o laboral hasta alcanzar su nivel de incompetencia. Con sentido del humor, plantea que ha descubierto una nueva ciencia de la que nadie se ha ocupado, la jerarquiología, inadvertidamente, había fundado el estudio de las jerarquías.
¿En qué consiste el principio de Peter? Definición: En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia.
Desde luego, muchos empleados o simplemente actividades, que están jerarquizadas y que son desempeñadas de forma competente son la plataforma para un ascenso a un nivel superior para alcanzar un nivel de competencia o incompetencia según las habilidades del empleado. Si ha alcanzado su nivel de incompetencia, ese será su destino final. Una vez instalado en él quedará anclado en esa categoría para siempre.
Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
Naturalmente, es raro que se encuentre en el sistema que todos los empleados hayan encontrado su nivel de incompetencia. En la mayoría de los casos, alguien está realizando su labor orientada a la finalidad de esa sociedad jerarquizada.
El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado su nivel de incompetencia.
Propone de forma muy coherente el principio que pudiera explicar por qué tantos puestos importantes son ocupados por individuos incompetentes para desempeñar los deberes y responsabilidades de sus respectivas ocupaciones.
Explica este principio la realidad de muchos círculos sociales con un objetivo final. Los miembros más eficaces de esa sociedad suelen ser elevados a categorías superiores, mediante ascensos por merecimientos laborales contrastados. Ocurre que, sin embargo, el nuevo puesto puede no ser el apropiado para las características del ascendido, abocándole al fracaso en su nueva actividad, es decir que ha llegado a su nivel de incompetencia.

En el final del prólogo del libro explica en pocos párrafos la justificación de éste estudio sobre la incompetencia, por tanto de la estupidez humana. Transcribo literalmente el final de ese prólogo.
Como individuos, tendemos a trepar hacia nuestros niveles de incompetencia. Nos comportamos como si lo mejor fuese trepar cada vez más arriba, y el resultado lo tenemos a nuestro alrededor: las trágicas víctimas de su irreflexiva escalada.
Vemos a los hombres en grupos, y a la mayoría de la raza humana pugnando por alcanzar una mejor posición como sobre un molino de ruedas de escalones irregulares, escalando con uñas y dientes para aniquilar a la población del mundo, escalando producción de fuerza y elementos, mientras se contamina el ambiente y se perturba el equilibrio ecológico que mantiene la vida.
Si el hombre quiere rescatarse a si mismo de una futura existencia intolerable, debe, ante todo, ver a donde le conduce su insensata escalada. Debe examinar sus objetivos y comprender que el verdadero progreso se logra moviéndose hacia adelante en busca de una mejor forma de vida, en vez de hacerlo hacia arriba, hacia la incompetencia total de la vida. El hombre debe comprender que la calidad de la experiencia es más importante que la adquisición de inútiles artefactos y posesiones materiales. Debe dar de nuevo significación a la vida y decidir si usará su inteligencia para preservación de la raza humana y el desarrollo de las características humanísticas del hombre, o bien si seguirá utilizando su potencial creador en la escalada hacia una super colosal trampa mortal.
Ocasionalmente, el hombre capta un destello de su imagen en el espejo, y, por no reconocerse inmediatamente a sí mismo en él, empieza a reír antes de comprender lo que está haciendo. Y en tales momentos es cuando se produce el verdadero progreso hacia el entendimiento.
Mas claro no se puede decir, no se trata de que el ser humano escale en la pirámide social, fuere la que fuere, se trata de caminar hacia adelante empleando para ella el poder de nuestra mente, la inteligencia, cualidad que nos permite ser diferentes de los demás seres vivos, tiene la particularidad de conducirnos a la reflexión mediante métodos de pensamiento, ser reflexivos y elegir adecuadamente con la experiencia como aprendizaje.

      (1)    Publicado en inglés en 1969. En 1970 Plaza y Janes lo hace en castellano.
La edición que he leído es de 1983.