lunes, 5 de marzo de 2018

Ante la poca difusión de la que ha dispuesto éste artículo, algo verdaderamente raro, me veo en la obligación de publicarlo de nuevo. A ver si ahora triunfa.





El principio de Peter.(1)

Tratado sobre la incompetencia o por qué las cosas van siempre mal.
El principio de Peter es un estudio científico llevado a cabo por el Dr. Laurence J. Peter (1919-1990) insigne pedagogo de la Universidad de California donde llegó a ser profesor titular del departamento de Pedagogía. Con la colaboración de Raymon Hull, escritor y comentarista de televisión canadiense, publica en 1968 la primera edición del libro “El principio de Peter”, que enseguida se convierte en un éxito.
En el inicio del texto explica los pormenores de la investigación a la que se entrega y por qué. El análisis histórico de hechos que acabaron mal y cuales fueron sus causas, le llevó a exponer que solo la incompetencia era la única causante de dichos desastres. Plantea en su teoría que todos los seres humanos debidamente jerarquizados, ascienden en la pirámide social o laboral hasta alcanzar su nivel de incompetencia. Con sentido del humor, plantea que ha descubierto una nueva ciencia de la que nadie se ha ocupado, la jerarquiología, inadvertidamente, había fundado el estudio de las jerarquías.
¿En qué consiste el principio de Peter? Definición: En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia.
Desde luego, muchos empleados o simplemente actividades, que están jerarquizadas y que son desempeñadas de forma competente son la plataforma para un ascenso a un nivel superior para alcanzar un nivel de competencia o incompetencia según las habilidades del empleado. Si ha alcanzado su nivel de incompetencia, ese será su destino final. Una vez instalado en él quedará anclado en esa categoría para siempre.
Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
Naturalmente, es raro que se encuentre en el sistema que todos los empleados hayan encontrado su nivel de incompetencia. En la mayoría de los casos, alguien está realizando su labor orientada a la finalidad de esa sociedad jerarquizada.
El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado su nivel de incompetencia.
Propone de forma muy coherente el principio que pudiera explicar por qué tantos puestos importantes son ocupados por individuos incompetentes para desempeñar los deberes y responsabilidades de sus respectivas ocupaciones.
Explica este principio la realidad de muchos círculos sociales con un objetivo final. Los miembros más eficaces de esa sociedad suelen ser elevados a categorías superiores, mediante ascensos por merecimientos laborales contrastados. Ocurre que, sin embargo, el nuevo puesto puede no ser el apropiado para las características del ascendido, abocándole al fracaso en su nueva actividad, es decir que ha llegado a su nivel de incompetencia.

En el final del prólogo del libro explica en pocos párrafos la justificación de éste estudio sobre la incompetencia, por tanto de la estupidez humana. Transcribo literalmente el final de ese prólogo.
Como individuos, tendemos a trepar hacia nuestros niveles de incompetencia. Nos comportamos como si lo mejor fuese trepar cada vez más arriba, y el resultado lo tenemos a nuestro alrededor: las trágicas víctimas de su irreflexiva escalada.
Vemos a los hombres en grupos, y a la mayoría de la raza humana pugnando por alcanzar una mejor posición como sobre un molino de ruedas de escalones irregulares, escalando con uñas y dientes para aniquilar a la población del mundo, escalando producción de fuerza y elementos, mientras se contamina el ambiente y se perturba el equilibrio ecológico que mantiene la vida.
Si el hombre quiere rescatarse a si mismo de una futura existencia intolerable, debe, ante todo, ver a donde le conduce su insensata escalada. Debe examinar sus objetivos y comprender que el verdadero progreso se logra moviéndose hacia adelante en busca de una mejor forma de vida, en vez de hacerlo hacia arriba, hacia la incompetencia total de la vida. El hombre debe comprender que la calidad de la experiencia es más importante que la adquisición de inútiles artefactos y posesiones materiales. Debe dar de nuevo significación a la vida y decidir si usará su inteligencia para preservación de la raza humana y el desarrollo de las características humanísticas del hombre, o bien si seguirá utilizando su potencial creador en la escalada hacia una super colosal trampa mortal.
Ocasionalmente, el hombre capta un destello de su imagen en el espejo, y, por no reconocerse inmediatamente a sí mismo en él, empieza a reír antes de comprender lo que está haciendo. Y en tales momentos es cuando se produce el verdadero progreso hacia el entendimiento.
Mas claro no se puede decir, no se trata de que el ser humano escale en la pirámide social, fuere la que fuere, se trata de caminar hacia adelante empleando para ella el poder de nuestra mente, la inteligencia, cualidad que nos permite ser diferentes de los demás seres vivos, tiene la particularidad de conducirnos a la reflexión mediante métodos de pensamiento, ser reflexivos y elegir adecuadamente con la experiencia como aprendizaje.

      (1)    Publicado en inglés en 1969. En 1970 Plaza y Janes lo hace en castellano.
La edición que he leído es de 1983.









martes, 6 de febrero de 2018

Antónimos de la Estupidez




INTELIGENCIA:


Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad. La inteligencia es una capacidad mental muy general que implica habilidad para razonar, planificar, resolver problemas, pensar de forma abstracta... La inteligencia es la capacidad de elegir, entre varias posibilidades, aquella opción más acertada para la resolución de inconvenientes y dificultades. En este sentido, cabe distinguirla de la sabiduría, en tanto que esta última es tan solo una acumulación de conocimiento, mientras que la inteligencia implica hacer un uso sensato de ese saber. No obstante, el modo para identificar la cualidad de ser inteligente ha sido enormemente debatido.... La inteligencia es una cualidad que todos los seres humanos poseemos, aunque no todos podemos tenerla de igual manera estimulada y desarrollada. Se trata de poner en juego nuestros conocimientos y aptitudes en todas las acciones de nuestra vida cotidiana, y por ello somos capaces de desafiar obstáculos.

El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de las alternativas más convenientes para la resolución de situaciones. De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es inteligente cuando es capaz de de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para solventar cualquier complicación.

Con estas definiciones, hay muchas más, pero caeríamos en reiteración porque en esencia todas dicen lo mismo,  fruto del estudio de diversas fuentes autorizadas del mundo intelectual, he querido hacer una semblanza para dar una idea clara sobre en que consiste la inteligencia. Pero vayamos por partes, antes de etiquetar a un estúpido como alguien falto de ella, se ha de decir que cualquiera en un momento dado puede cometer una estupidez, hasta las personas más capacitadas intelectualmente pueden llegar a ello, y no por eso los vamos a tildar de estúpidos. Si se llevan ese apelativo aquellos humanos que reiteran perniciosamente en la producción de estupideces de forma continua y en la forma que fuere. Ahí es donde entra el valor de la inteligencia, o mejor dicho la ausencia de ella como factor determinante en el comportamiento de un individuo.

Decía al inicio que la inteligencia es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad, con las características propias de cada persona eso podríamos llamarlo un comportamiento inteligente dentro de lo posible. El estúpido no comprende siquiera este razonamiento simple porque es incapaz de asociar ideas o/y pensamientos ligados de una forma lógica o realista.

La resolución de problemas, para estas personas, siempre están ligadas a aspectos que muchas veces no tienen mucho que ver con el problema en si realmente, por lo que las posibilidades de acertar en la real solución de dicha dificultad se ven muy reducidas.

Tienden insistentemente a presumir de saber muchas cosas y conocer bien a las personas. Bueno la sabiduría o la sapiencia tienen mucho que ver con el almacén de conocimientos de una persona y su adecuada aplicación de esos conocimientos. El estúpido suele ser bastante inculto y a muchas veces ignorante, aunque no lo parezca. También se puede dar la posibilidad de que encontremos alguno que es “versado” en alguna materia, con él encontraremos el colmo de la estupidez, su conocimiento le hará doblemente estúpido.

En la introducción se anota el siguiente párrafo: La inteligencia es una cualidad que todos los seres humanos poseemos, aunque no todos podemos tenerla de igual manera estimulada y desarrollada.  

Estoy convencido que los estúpidos pertenecen a esta última, su inteligencia está poco desarrollada, en algunos casos nada desarrollada y en muchos es nula. La cerrazón y categórica manera de expresar sus pensamientos indican poco desarrollo de la capacidad de razonar.

Aunque el término antónimo, desde el punto de vista lingüístico, expresa lo contrario de un concepto, también hay otras palabras que se oponen a la inteligencia aparte de estúpido, idiota o débil mental son categorías psicológicas que determinan la capacidad intelectual de determinados individuos.

La verdad es que si queremos ser algo más precisos para la estupidez el mejor antónimo sería el de entendimiento o comprensión. Para ello habrá que sumar ciertos aspectos que acompañan a la inteligencia como son: la sagacidad, la perspicacia, astucia, agudeza y habilidades. De ellas hablaremos más adelante.

domingo, 4 de febrero de 2018

Dunning-Kruger



Volviendo a la senda.



Como todo en la vida tiende a ser complicado, a mí me ha tocado esa situación compleja en las cosas de la escritura y me he entretenido demasiado en algunas laderas de la creación dejando de lado otras, tan o más interesantes.
Me dispongo a recuperar el tiempo perdido con la estupidez en artículos, tema cuando menos apasionante por lo inexplicable.

Retomamos la secuencia abordando un tema muy serio, científico que ha llegado a cuajar en un estudio socio psicológico como se puede cuantificar la estupidez en forma de incompetencia psicológica. Me refiero al trabajo llevado a cabo por David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell que concluyeron: «La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás.».

El efecto o síndrome Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas que están más preparadas, midiendo erróneamente su habilidad por encima de lo real. Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Por otra parte, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, asumiendo erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros.

Bien, después de esta sesuda explicación, propia de estudiosos, vamos al grano. Los incapaces o incompetentes suelen darse un valor del que no disfrutan, se consideran a si mismos hábiles e inteligentes, algo muy alejado de su cruda realidad. Por el contrario, las personas capaces y competentes, tienden a dar poca importancia a esas habilidades de la inteligencia, es más suelen estar en duda mas o menos constante, reconsideran con frecuencia pensamientos, actitudes, conocimientos, etc. El incompetente no duda nunca de sus verdades, suele ser alguien con poca formación e información de cualquier tema que puedan abordar, sin embargo, se manifiesta completamente seguro, sus verdades son firmes, aunque sean falsas, y suelen ser vehementes al defenderlas, lo que invalida cualquier forma de dialogo con ellas.

«La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento» Esto manifestó Charles Darwing, eso es debido a la falta de habilidad de comprensión en determinados temas o situaciones, no olvidemos que el incapaz, el estúpido o el incompetente son personas con limitada capacidad intelectual de ahí que su comportamiento no esté adecuado a la realidad, por eso no pueden reconocer su extrema insuficiencia. Tienden a sobreestimar su propia habilidad y a infravalorar la capacidad o habilidades de otros. Si pueden ser entrenados para mejorar, puede que lleguen a reconocer y aceptar su falta de habilidad previa.

El Efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo, según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un efecto de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, miden de forma incorrecta su habilidad por encima de lo real. «Esa incompetencia les impide a su vez darse cuenta de la ausencia de esa habilidad en ellos mismos, así como reconocerla en otros individuos.» Sic.

“Uno de los dramas de nuestro tiempo está en que aquellos que sienten que tienen la razón son estúpidos y que la gente con imaginación, que comprende la realidad es la que más duda y más insegura se siente”. Bertrand Russel

Discutir con un estúpido o un incompetente no tiene sentido, el siempre va a estar muy seguro de lo que dice y el problema viene porque las personas que tienen una opinión no informada sobre algo que no entienden, pero aún así proclaman que su opinión es perfectamente válida, son una lacra. Ninguno quiere informarse, solo quieren tener razón. Si en una discusión tienes que insistir en que ganaste, es probable que hayas perdido miserablemente.



Conclusión

Efecto Dunning-Kruger:

Cuanto menos sabemos, más listos creemos ser.