¿Es
cierto que hay tantos estúpidos?
Al menos es lo que han pensado muchos
intelectuales, científicos, escritores, pensadores, filósofos o incluso santos.
Realmente es difícil cuantificar a que porcentaje, y por lo tanto número, de la
población afectada por esta “cualidad” (Vea que lo he puesto entre comillas,
tengo mis dudas que sea una cualidad como tal, o una remora colgada del
cerebro) A lo largo de la historia la estupidez ha sido reiteradamente
denunciada por personas de reconocida solvencia cultural e intelectual, Platón,
Aristóteles, Erasmo, San Agustín, etc. Veían como decisiones eran tomadas por
gobernantes de todo tipo conducían al desastre a toda una sociedad o un Imperio.
Como dice Carlo M. Cipolla, “La
humanidad se encuentra – y sobre esto el acuerdo es unánime- en un estado
deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a
mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en un estado
deplorable”. Verdadera sabiduría,
pues la estupidez ha obrado con rigor durante toda la historia generando no
pocos desastres a través de miles de años.
Esto quiere decir que no solo los estúpidos
son muchos, han sido muchos durante mucho tiempo, casi todo el tiempo, desde
siempre.
“En efecto, la de los imbéciles es una
familia muy numerosa”
Simónides, citado en Platón, Protágoras.,
346 A.de C.
Aunque el autor trata de explicarnos que,
aquellos de los que habla, son muchos, lo hace en metáfora, obviamente la de
los estúpidos no es una familia, como tal se la debe entender. La familia es
otra cosa, aunque también puede ocurrir que dentro de cualquier grupo familiar
haya algún idiota, varios o toda ella esté compuesta por un nutrido grupo
familiar de imbéciles. Pero eso es otra historia.
En todo caso la estupidez sería una
variable dentro del homo sapiens, o no tan sapiens, así debemos decirlo.
La familia se identifica por la identidad consanguínea
de forma descendente, pero se forma desde la atracción mutua en una pareja, que
conduce al sexo y como consecuencia del mismo culmina en la reproducción, así
se forma una familia. Desde luego está lejos de que la estupidez pueda formar
una familia, sea numeroso o muy numeroso el grupo que lo forme. No hay consanguinidad,
salvo por el hecho casual aislado de algunos individuos que puedan coincidir en
la misma familia, algo no tan inverosímil, pues el contacto genera contagio y
la estupidez tiene formas de infección realmente sorprendentes.
Ese grupo al que se refiere el autor es muy
heterogéneo está compuesto de humanos sin que entre ellos existan vínculos
afectivos, por lo tanto, no hay unión, ni sexo, excluyendo claro, la reproducción.
Es sorprendente que sin reproducción el número de estúpidos crezca día tras
día, no estamos seguros cual es el desencadenante, o la forma en que el grupo
crece, si es por generación espontánea, por crecimiento exponencial, o por
progresión geométrica. El caso es que la población mundial aumenta año tras año
de forma alarmante para la inquietud de los pocos que nos damos cuenta que este
crecimiento no hace más que llenar el mundo de estúpidos, que siendo importante
su número, sin cuantificar ¡eh!, nos hace pensar que la tierra se va al desastre
de manera inexorable.
“El número de necios es infinito” Eclesiastés. I, 15
Permítanme la ligereza de afirmar que el
Eclesiastés se equivoca en esta apreciación sobre la necedad. Siendo, como es,
la estupidez una cualidad humana como otra cualquiera, se entiende que la
poseen las personas humanas sin otra apreciación sobre cualquier especie que
habite sobre la tierra. Pues bien, si esta cualidad humana la poseen los
humanos y los humanos que habitan la tierra es un número finito, siete mil
millones, por ejemplo, también será finito el número de estúpidos, incluso me
atrevo a decir que puede ser sensiblemente inferior, pero muy poco. Hay quien
afirma que toda la humanidad es afecta por la idiotez, puede ser, cualquiera puede
cometer una estupidez en uno o varios momentos de su vida, lo que nos daría un valor
absoluto del cien por cien. Creo que es aventurado decirlo así, no todos
estamos afectados por la sandez de forma clara y permanente como se manifiesta a
diario en todos los círculos sociales conocidos.
“Inmensa es la multitud de imbéciles”. San Agustín. Contra los académicos. I 1-2
Apreciación muy acertada, es un concepto
mas cercano puesto que nos deja a nuestro criterio la interpretación de la palabra
“Inmensa” siempre bajo el criterio de lo limitada que es la población humana.
Tiene San Agustín dos citas más sobre los
idiotas que analizaremos a continuación.
“La mayoría de los hombres son idiotas. Eso
también es sabido”. Del
libre albedrío. I,8,19
“En efecto, los lerdos constituyen la gran
masa”. La dimensión del alma, XII.
Dos anotaciones más cuantificando, a
grandes rasgos, lo que puede ser la población de imbéciles y el impacto general
que sobre la población puede generar. Cierto es que a veces estamos rodeados de
idiotas sin que nos demos cuenta, la sandez navega a nuestro alrededor y no la
percibimos por falta de atención, o bien por aquella sensación de no darle
importancia a lo que oímos a nuestro alrededor. Si prestáramos la vigilancia
adecuada de lo que se manifiesta en nuestro entorno, o en los medios de
comunicación hoy en día, nos daremos cuenta que nuestra sociedad sobrevive a
pesar del cúmulo de estupideces que se dicen o lo que es peor, que se proponen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario