Leyes fundamentales
de la estupidez humana
Carlo
Maria Cipolla. (1922-2000)
Fue un estudioso de la historia económica, con un enfoque
humanista y en ocasiones humorístico de la misma, mostró un mayor interés en
las causas que han provocado determinadas situaciones económicas y sociales a
lo largo de la historia, que por hechos materiales y cifras concretas. Fue
también conocido por sus artículos sobre la superpoblación y un ensayo satírico sobre la
estupidez humana.
Con respecto a esto último
publicó un libro sobre la estupidez que no tiene desperdicio titulado “Allegro
ma non Troppo”. Dividido en dos ensayos completamente distintos. En el
primero habla de la evolución y desarrollo económico en la Edad Media “El papel de las especias (y de la pimienta
en particular)” El otro ensayo se
titula “Las leyes fundamentales de la
estupidez humana”
Para comenzar, lo haremos
estructuralmente para poder entender o comprender, si se puede, algo sobre esta
característica de ciertas personas difícilmente explicable, hablaremos de las leyes fundamentales de la estupidez humana. Tendremos en cuenta
siempre que todo lo que se lea sobre el tema debe ser pasado por este tamiz
intelectual finamente delineado por el señor Cipolla (Por si algún estúpido lee
esto, el apellido del autor se lee en castellano Cipola. Nada que ver con lo
que está pensando) Conviene hacer estas aclaraciones, como otras que haré, por
que el estúpido necesita que se le descifren ciertas cosas, las más simples son
las que comprenden con mas dificultad, que nunca entenderá sin tal
esclarecimiento.
Me he dejado llevar por la
estupidez. Pero está claro que para poder entenderla “????” a veces hay que
colocarse en o de su lado.
En el prólogo del libro que
tengo en mis manos el autor comenta que la sociedad organizada en la que
vivimos y que compartimos con las otras especies, “los seres humanos tenemos el privilegio de tener que cargar con un
peso añadido, una dosis extra de tribulaciones cotidianas, provocadas por un
grupo de personas que pertenecen al propio género humano. Este grupo es mucho
más poderoso que la Mafia, o que el complejo industrial-militar o que la
internacional comunista. Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por
ninguna ley, que no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero consigue, no
obstante, actuar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano
invisible, de tal modo, que las actividades de cada uno de sus miembros
contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de todos los demás
miembros.”
Hecha esta aclaración pasa a
enumerar y describir cada una de las leyes que el propone en este ensayo.
Primera ley fundamental: Siempre
e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de estúpidos que
circula por el mundo.
Es innegable que los
estúpidos no están en ningún censo, ni en una estadística. El caso es que la
estupidez puede aparecer en cualquier momento y lugar sin previo aviso.
Cualquier persona que tenemos por seria y cabal, puede sorprendernos con
cualquier estupidez, dejándonos asombrados por inesperado. También es verdad
que cualquiera de nosotros puede cometer una estupidez, que puede ser casual
sin que nadie nos tome por estúpidos o imbéciles. Es la reiteración la que hace
que se etiquete a alguien de estúpido.
Por eso la primera ley impide
hacer una estimación numérica ya que siempre será una subestimación.
Segunda ley fundamental: La
probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de
cualquier otra característica de la propia persona. Ésta segunda ley
fundamental establece que no todos los humanos somos iguales, que algunos son
estúpidos y otros no lo son, y que la diferencia no la determinan fuerzas o factores culturales, sino los manejos
biogenéticos de una inescrutable Madre Naturaleza.
A este propósito, la
Naturaleza parece realmente haberse superado a sí misma. Es archisabido que la
Naturaleza, de un modo mas bien misterioso, actúa de tal manera que mantiene
constante la frecuencia relativa de ciertos fenómenos naturales.
La tercera ley fundamental
(Llamada ley de oro por el propio autor) dice lo siguiente: Una
persona estúpida es alguien que causa un daño a otra persona o grupo sin
obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obtiene un perjuicio.
Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que
hace. En realidad no existe explicación – o mejor dicho- solo hay una
explicación: la persona en cuestión es completamente estúpida. Sobran más
explicaciones.
Loas persona no estúpidas
subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no
estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar,
y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se
manifiesta infaliblemente como un costosísimo error. A lo largo de los siglos, en la vida
pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta esta Cuarta Ley Fundamental y eso ha
ocasionado pérdidas incalculables a la humanidad.
Quinta Ley Fundamental: La
persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. El estúpido es
más peligroso que el malvado. Esta ley es muy mencionada por que en la
historia de la estupidez se ha podido comprobar que el estúpido comete
estupideces que no tienen un orden o un método de acción, no piensa en las
consecuencias, al contrario que el malvado que planifica y/o racionaliza sus
malvadas acciones en espera de un beneficio, el estúpido no, el método y la
planificación, además de la espera de resultados no entran en su forma de
hacer, marcha a impulsos de sus propios “pensamientos” que nada tienen que ver
con la razón.
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