lunes, 7 de noviembre de 2016

Leyes fundamentales de la estupidez humana

Leyes fundamentales de la estupidez humana
Carlo Maria Cipolla. (1922-2000) Fue un estudioso de la historia económica, con un enfoque humanista y en ocasiones humorístico de la misma, mostró un mayor interés en las causas que han provocado determinadas situaciones económicas y sociales a lo largo de la historia, que por hechos materiales y cifras concretas. Fue también conocido por sus artículos sobre la superpoblación y un ensayo satírico sobre la estupidez humana.

Con respecto a esto último publicó un libro sobre la estupidez que no tiene desperdicio titulado “Allegro ma non Troppo”. Dividido en dos ensayos completamente distintos. En el primero habla de la evolución y desarrollo económico en la Edad Media “El papel de las especias (y de la pimienta en particular)”  El otro ensayo se titula “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”

Para comenzar, lo haremos estructuralmente para poder entender o comprender, si se puede, algo sobre esta característica de ciertas personas difícilmente explicable,  hablaremos de las leyes fundamentales de la estupidez humana. Tendremos en cuenta siempre que todo lo que se lea sobre el tema debe ser pasado por este tamiz intelectual finamente delineado por el señor Cipolla (Por si algún estúpido lee esto, el apellido del autor se lee en castellano Cipola. Nada que ver con lo que está pensando) Conviene hacer estas aclaraciones, como otras que haré, por que el estúpido necesita que se le descifren ciertas cosas, las más simples son las que comprenden con mas dificultad, que nunca entenderá sin tal esclarecimiento.
Me he dejado llevar por la estupidez. Pero está claro que para poder entenderla “????” a veces hay que colocarse en o de su lado.

En el prólogo del libro que tengo en mis manos el autor comenta que la sociedad organizada en la que vivimos y que compartimos con las otras especies, “los seres humanos tenemos el privilegio de tener que cargar con un peso añadido, una dosis extra de tribulaciones cotidianas, provocadas por un grupo de personas que pertenecen al propio género humano. Este grupo es mucho más poderoso que la Mafia, o que el complejo industrial-militar o que la internacional comunista. Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, que no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero consigue, no obstante, actuar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible, de tal modo, que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de todos los demás miembros.”

Hecha esta aclaración pasa a enumerar y describir cada una de las leyes que el propone en este ensayo.

Primera ley fundamental: Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de estúpidos que circula por el mundo.
Es innegable que los estúpidos no están en ningún censo, ni en una estadística. El caso es que la estupidez puede aparecer en cualquier momento y lugar sin previo aviso. Cualquier persona que tenemos por seria y cabal, puede sorprendernos con cualquier estupidez, dejándonos asombrados por inesperado. También es verdad que cualquiera de nosotros puede cometer una estupidez, que puede ser casual sin que nadie nos tome por estúpidos o imbéciles. Es la reiteración la que hace que se etiquete a alguien de estúpido.
Por eso la primera ley impide hacer una estimación numérica ya que siempre será una subestimación.

Segunda ley fundamental: La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la propia persona. Ésta segunda ley fundamental establece que no todos los humanos somos iguales, que algunos son estúpidos y otros no lo son, y que la diferencia no la determinan fuerzas  o factores culturales, sino los manejos biogenéticos de una inescrutable Madre Naturaleza.
A este propósito, la Naturaleza parece realmente haberse superado a sí misma. Es archisabido que la Naturaleza, de un modo mas bien misterioso, actúa de tal manera que mantiene constante la frecuencia relativa de ciertos fenómenos naturales.

La tercera ley fundamental (Llamada ley de oro por el propio autor) dice lo siguiente: Una persona estúpida es alguien que causa un daño a otra persona o grupo sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obtiene un perjuicio. Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe explicación – o mejor dicho- solo hay una explicación: la persona en cuestión es completamente estúpida. Sobran más explicaciones.

Loas persona no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error. A lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta esta Cuarta Ley Fundamental y eso ha ocasionado pérdidas incalculables a la humanidad.

Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado. Esta ley es muy mencionada por que en la historia de la estupidez se ha podido comprobar que el estúpido comete estupideces que no tienen un orden o un método de acción, no piensa en las consecuencias, al contrario que el malvado que planifica y/o racionaliza sus malvadas acciones en espera de un beneficio, el estúpido no, el método y la planificación, además de la espera de resultados no entran en su forma de hacer, marcha a impulsos de sus propios “pensamientos” que nada tienen que ver con la razón.



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