Volviendo a la senda.
Como todo en la vida tiende a ser complicado, a mí me ha tocado esa
situación compleja en las cosas de la escritura y me he entretenido demasiado
en algunas laderas de la creación dejando de lado otras, tan o más
interesantes.
Me dispongo a recuperar el tiempo perdido con la estupidez en
artículos, tema cuando menos apasionante por lo inexplicable.
Retomamos la secuencia abordando un
tema muy serio, científico que ha llegado a cuajar en un estudio socio
psicológico como se puede cuantificar la estupidez en forma de incompetencia
psicológica. Me refiero al trabajo llevado a cabo por David Dunning y Justin
Kruger de la Universidad de Cornell que concluyeron: «La sobrevaloración del incompetente nace de
la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del
competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás.».
El efecto o síndrome
Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual los individuos
con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad
ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas que están más
preparadas, midiendo erróneamente su habilidad por encima de lo real. Este
sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su
propia ineptitud. Por otra parte, los individuos altamente cualificados tienden
a subestimar su competencia relativa, asumiendo erróneamente que las tareas que
son fáciles para ellos también son fáciles para otros.
Bien, después de esta sesuda explicación, propia de estudiosos, vamos
al grano. Los incapaces o incompetentes suelen darse un valor del que no
disfrutan, se consideran a si mismos hábiles e inteligentes, algo muy alejado
de su cruda realidad. Por el contrario, las personas capaces y competentes,
tienden a dar poca importancia a esas habilidades de la inteligencia, es más
suelen estar en duda mas o menos constante, reconsideran con frecuencia
pensamientos, actitudes, conocimientos, etc. El incompetente no duda nunca de
sus verdades, suele ser alguien con poca formación e información de cualquier
tema que puedan abordar, sin embargo, se manifiesta completamente seguro, sus verdades
son firmes, aunque sean falsas, y suelen ser vehementes al defenderlas, lo que
invalida cualquier forma de dialogo con ellas.
«La
ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento» Esto
manifestó Charles Darwing, eso es debido a la falta de habilidad de comprensión
en determinados temas o situaciones, no olvidemos que el incapaz, el estúpido o
el incompetente son personas con limitada capacidad intelectual de ahí que su
comportamiento no esté adecuado a la realidad, por eso no pueden reconocer
su extrema insuficiencia. Tienden a sobreestimar su propia habilidad y a
infravalorar la capacidad o habilidades de otros. Si pueden ser entrenados para
mejorar, puede que lleguen a reconocer y aceptar su falta de habilidad previa.
El Efecto Dunning-Kruger es
un sesgo cognitivo, según el cual los individuos con escasa habilidad o
conocimientos sufren de un efecto de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que
otras personas más preparadas, miden de forma incorrecta su habilidad por
encima de lo real. «Esa
incompetencia les impide a su vez darse cuenta de la ausencia de esa habilidad
en ellos mismos, así como reconocerla en otros individuos.» Sic.
“Uno de los dramas de nuestro tiempo está en que aquellos que sienten
que tienen la razón son estúpidos y que la gente con imaginación, que comprende
la realidad es la que más duda y más insegura se siente”. Bertrand Russel
Discutir con un estúpido o un incompetente no tiene sentido, el
siempre va a estar muy seguro de lo que dice y el problema viene porque las
personas que tienen una opinión no informada sobre algo que no entienden, pero
aún así proclaman que su opinión es perfectamente válida, son una lacra.
Ninguno quiere informarse, solo quieren tener razón. Si en una discusión tienes
que insistir en que ganaste, es probable que hayas perdido miserablemente.
Conclusión
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